25 may 2009

Por el Mar de Arosa

Un poco presuntuoso resulta referirse al mar de Arosa cuando en realidad ninguna de las singladuras acometidas sobrepasó la línea comprendida entre Abanqueiro y la playa de las Conchas, puntos que bien pueden delimitar lo que es la pequeña ensenada de Rianxo. Pero al fin y al cabo y como bien se refleja en las cartas no deja se ser Mar de Arosa.

Hubo que esperar a la segunda semana de agosto para botar el Tiranopapo, el mal tiempo, los preparativos de última hora y las obligaciones familiares, que durante las vacaciones son más, no le permitieron tomar las aguas atlánticas hasta el día 13 de agosto, un día antes de que llegase Sofía, no fuese a ser que frunciese el ceño ó peor aún, aguantar su irónica sonrisita al descubrir a esas alturas de las vacaciones que el velero seguía sobre su carro en tierra.

Al no disponer de plaza de amarre ni de carro de varada, hubo que encontrar un lugar en el puerto donde poderlo dejar. Finalmente y gracias a mí amigo Ramón que preparo el fondeo y la línea, fue en la parte protegida de una escollera, amarrado a tierra y a un muerto entre otras embarcaciones de pequeña eslora. A pocos metros de allí lo habíamos botado sin problemas por una de las rampas del puerto, el motor, un Mercury 3.3 funcionó a la perfección en su estreno.

Aún tuvieron que pasar un par de días para que las salidas a navegar comenzasen a ser habituales. Estas consistieron en navegar más ó menos 5 millas entre el Puerto y las playas del término, por supuesto que entre ida y vuelta y dando el mayor resguardo razonable a las costa, no por el peligro de bajos sino por alargar el momento y el placer de navegar.

Así, día tras día se fueron repitiendo las mismas singladuras, unos días navegando por la mañana y otros por la tarde, normalmente navegábamos 2 adultos (incluyo a Sofía) ó 2 adultos y un niño. Se puede destacar que todas las veces que lo hicimos por la mañana fue con muy poco viento, el justo para apagar motor y avanzar. Sin embargo, los días que navegamos por la tarde, el viento llegó a soplar fresco, yendo de menos a más a lo largo de la tarde para caer a última hora de forma estrepitosa dejando una muy suave brisa tras la puesta de Sol.


Ensenada de Rianxo

Grumetes

Almiranta con grumetes

Pipón con grumetes

Spaghetti a pie de palo

2 comentarios:

  1. Qué ganas de que llegue el verano ¿verdad?. Animo con el blog que te está saliendo muy bien.

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  2. Te puedes imaginar...
    Para alguien con una gran afición al mar y a la navegación a vela y que en estos tiempos prácticamente solo navego en verano. uff!, ¡que ganas tengo!

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